"Open de Australia 2025: João Fonseca brilla en el escenario del tenis mundial" | Tenis | Deportes | EL PAÍS
Alrededor de las once de la noche en Melbourne, los aficionados abandonan la Rod Laver Arena embelesados y con un solo nombre en los labios, pues poco importa el susto que experimentó previamente Daniil Medvedev—esforzándose al máximo y atacando la red con impactantes raquetazos ante Kasidit Samrej, el 418.º del ranking—o la notable victoria del veterano Gael Monfils contra su compatriota Giovanni Mpetshi Perricard, el gigante conocido por su potente saque. Efectivamente, él venía, se le esperaba y aquí está, aterrizando con fuerza y confirmando que, a corto o medio plazo, podría haber un cambio de guion en el relato de la élite, porque promete. João Fonseca levanta el puño y celebra su triunfo sobre el ruso Andrey Rublev, y la historia señala que el brasileño (7-6(1), 6-3 y 7-6(5)) es el segundo joven en lograr vencer a un top-10 en su debut en un Grand Slam, después de que Mario Ancic lo hiciera en 2002 ante un tal Roger Federer—quien ganaría la siguiente edición—en Wimbledon.
Allá quedó Ancic, semifinalista en Londres dos años más tarde, séptimo del mundo y torpedeado posteriormente por la mononucleosis, hoy día letrado, y ahora el que embiste y progresa con fuerza es Fonseca. Se la jugaba en la víspera un exnúmero uno, Andy Roddick: “Ganará João”. Y descubre el gran público a un chico al que inmediata e inevitablemente se le compara con el gran Guga Kuerten, triple campeón de Roland Garros y sonriente rey en el cambio de siglo, aunque poco o nada que ver: personalidad y juegos distintos. Ahora bien, tampoco le faltan agallas ni personalidad a este pegador naciente que hace dos años triunfó como júnior en el US Open y que en diciembre se encumbró en la Copa de Maestros de las promesas a la misma edad (18 años) a la que lo hizo en 2021 Carlos Alcaraz.
“Sabía que podía ganarle, pero no tenía ninguna presión”, se sinceró. “A new Fenômeno is born (un nuevo Fenómeno ha nacido)”, proclamaba la organización del torneo. “Todo es nuevo para mí, pero yo no era el favorito. Mi objetivo al llegar aquí era pasar la fase previa, pero ahora las expectativas son mayores y quiero más. Estoy feliz por cómo he jugado, pero ya estoy pensando en el siguiente partido; esa es la verdadera mentalidad de un campeón”, agrega. Y a la espera tirita Lorenzo Sonego, su próximo rival, consciente de que el chico de Río de Janeiro llega como un tiro y de que contará con la atmósfera a su favor, por la excepcionalidad de la irrupción. En el caso de batir al italiano, Fonseca (113º) se aseguraría abandonar Melbourne entre los 100 mejores de la ATP, mientras el tenis latinoamericano, tan necesitado, se frota las manos y el aficionado fantasea con una rivalidad a tres con Sinner y Alcaraz.